VENTAJAS DEL USO DE LENTES DE CONTACTO

¿Qué posibles ventajas tienen las lentes de contacto?
El uso de lentes de contacto puede ofrecer determinadas ventajas con respecto al uso de gafas en determinados aspectos que pasamos a comentar:

Ventajas ópticas:

    Proporcionan un campo visual total, pues la montura no interfiere en la visión.
La persona percibe los objetos con un tamaño similar al tamaño real. Por este motivo, las lentes de contacto están especialmente indicadas en personas con anisometropía (diferente graduación en ambos ojos). En estos casos, sobre todo cuando existe mucha diferencia de graduación entre un ojo y otro, es recomendable el uso de lentes de contacto, ya que con gafas la imagen que se forma en cada ojo es de distinto tamaño y el cerebro no puede juntarlas en una sola imagen.
No existen distorsiones laterales. Como la lente de contacto se desplaza junto con el ojo, la persona siempre está mirando por el centro de la lente. Por el contrario, utilizando gafas no siempre miramos por el centro del cristal. Así, cuando dirigimos la vista hacia los lados o cuando las gafas no están bien ajustadas, los objetos pueden aparecer distorsionados o aparentemente desplazados, sobre todo cuando la persona tiene una graduación elevada.
Las lentes de contacto no se empañan con los cambios de temperatura, ya que al estar en contacto con el ojo, su temperatura es similar.

Ventajas estéticas:

   Para muchas personas el uso de gafas puede ser un problema, debido a que no se sienten cómodos con su imagen. Esto es más frecuente cuando la graduación es elevada, ya que las gafas resultan menos estéticas y más incómodas.
También se utilizan lentes cosméticas para cambiar el color de ojos, así como para ocultar determinadas alteraciones oculares que afectan al aspecto estético del iris o de la pupila.

Lente de Contacto

Ventajas para el deporte:

   En determinados deportes no es aconsejable el uso de gafas, como ocurre en los deportes de contacto y aquellos en los que se realizan movimientos rápidos y bruscos.

¿Cuándo no son aconsejables las lentes de contacto?

   En algunas profesiones, como las que trabajan con sustancias tóxicas o en ambientes con mucho polvo, pues es más fácil que se produzcan reacciones tóxicas o sequedad.
En diversas alteraciones oculares: conjuntivitis, blefaritis, queratitis, etc., no se deben utilizar las lentes hasta que el problema haya sido resuelto.
Existen situaciones en las que se altera la secreción de lágrima, pudiendo hacer problemático el uso de lentes de contacto: determinados procesos reumáticos, alteraciones del tiroides, así como el uso de ciertos medicamentos (antidepresivos, antihistamínicos, etc…).

¿Por qué pueden aparecer problemas?

Entre las causas más frecuentes figuran las siguientes:

  • No realizar la limpieza diaria o hacerla de una manera incorrecta, saltándose alguno de los pasos o utilizando líquidos no apropiados (agua del grifo). Las lentes de contacto, una vez utilizadas, deben limpiarse antes de guardarlas en el estuche. Es importante mantener limpio el estuche donde se guardan las lentes, así como cambiarlo frecuentemente.
  • Llevar puestas las lentes más horas de las recomendadas para ese usuario concreto, según las características de sus ojos y del tipo de lente de contacto.
  • El producto utilizado para la limpieza de las lentes puede producir irritación e intolerancia. En ese caso, deberá usar en su lugar un líquido sin conservantes, especial para ojos sensibles.
  • La lente de contacto puede estar rota o en mal estado, debido a una mala manipulación por parte del usuario o por envejecimiento del material.
  • Normalmente será necesario reponer la lente de contacto y, en los casos en los que la causa sea un fallo en la manipulación, es importante averiguar qué error ha cometido el usuario para evitar que le vuelva a ocurrir.
  • Factores ambientales, como la baja humedad relativa, pueden ocasionar molestias debidas a sequedad, sobre todo si la persona tiene un tipo de lágrima poco estable (que se evapora con rapidez).

 

¿Cómo evitar los problemas?

    • Realizando las revisiones periódicas indicadas.
    • Cambiando las lentes con frecuencia para evitar los problemas que pueden derivarse de su deterioro.
    • Acudiendo a un profesional en caso de notar cualquier molestia o alteración de la lente de contacto, como:

Enrojecimiento del ojo
Visión borrosa
Dolor
Incomodidad o sensación de cuerpo extraño en el ojo
Mayor sensibilidad a la luz
Escozor o picor
Lagrimeo excesivo
Aparición de legañas por las mañanas
Visión de halos alrededor de las luces

 

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* Image courtesy of marin / FreeDigitalPhotos.net.

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