Además de ventajas físicas y psicológicas ya demostradas, la práctica del deporte también puede conllevar algunos riesgos para la visión que hay que tener en cuenta.
La cifra es más que contundente, ya que, según un estudio titulado “Traumatismos oculares en el deporte” publicado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, el 40% de los traumatismos oculares en nuestro país se producen por la práctica de algún deporte. Estos posibles peligros dependen en gran medida del tipo de deporte que se practique y del entorno en el que se lleve a cabo.
En este sentido, la mayoría de problemas oculares surgidos durante la actividad deportiva están relacionados con lesiones causadas por golpes con pelotas, utensilios como raquetas o forcejeos en deportes grupales, etc.
Así, según el citado estudio, el fútbol es el causante del 40% de los traumatismos oculares, seguido de los deportes de raqueta (con un 27,5%) y de la caza (17,5%). El baloncesto, la pesca y la gimnasia cierran el ranking.
Los ojos desprotegidos están sujetos a numerosas condiciones de salud como cataratas, pterigion y degeneración macular. Pero, ¿Cuáles son los problemas oculares más comunes durante la práctica deportiva? Según el informe de la Universidad, los traumatismos contusos se producen en el 78% de los casos, afectando a órbita y párpados.
Le siguen las lesiones perforantes del ojo, que ocurren en un 12%. De ellas, la mayoría sólo produce heridas en la córnea, aunque puede ir asociada a lesión escleral. La presencia de cuerpos extraños intraoculares en accidentes deportivos sólo se da en una minoría de los casos.
Por último, cierran el pódium las lesiones producidas por radiaciones solares, que son muy habituales en deportes como el ski.
