CUIDA TU RETINA

La retina es una de las partes más importantes del ojo. Es una capa de tejido sensible a la luz que se sitúa en la parte posterior interna del ojo, compuesta por millones de células nerviosas, entre las que se encuentran las células receptoras sensibles a la luz (conos y bastones).

Cuando las imágenes pasan a través del cristalino del ojo, y son enfocadas en la retina, estas células convierten las imágenes en señales eléctricas que llegan al cerebro a través del nervio óptico.
El humor vítreo es un líquido gelatinoso y transparente que rellena el espacio comprendido entre la superficie interna de la retina y la parte posterior del cristalino y que consigue mantener firme y elástico al ojo. Normalmente, el vítreo se separa de la retina sin causar problema, pero en ocasiones tira con demasiado fuerza y provoca un desgarro de la retina, dando lugar a una acumulación de líquido en el espacio que hay entre ambas capas. Cuando esto ocurre, la retina queda desprendida y no puede funcionar adecuadamente.

Problemas asociados que hay que vigilar

Alta miopía

Tener graduación superior a las 5 dioptrías, aumenta 10 veces el riesgo de padecer desprendimiento de retina. Esto se debe al alargamiento patológico del globo ocular que puede provocar el adelgazamiento de las capas, como es la retina.

Traumatismo

Cuando se recibe un golpe brusco, o se tiene un accidente que afecta al ojo, se puede producir una lesión que provoque el desprendimiento.

Diabetes

Una consecuencia de esta enfermedad, cuando no está bien controlada, es la afectación de los vasos sanguíneos del ojo, siendo el desprendimiento de retina uno de los problemas más graves. En este caso se denomina desprendimiento por tracción.

Cirugías

Algunas cirugías oculares, como puede ser la de cataratas, puede aumentar el riesgo de tener un desprendimiento.

Síntomas de alerta

El desprendimiento de retina no provoca dolor, pero antes de que se produzca podemos notar:

  • Aumento de moscas flotantes (manchas negras en el campo de visión).
  • Destellos de luz.
  • Reducción del campo de visión central o periférica del ojo.
  • Visión borrosa.
  • Cambios de visión repentinos.

Quienes tienen antecedentes familiares, han padecido un desprendimiento en el otro ojo, o han experimentados complicaciones en cirugías oculares también tienen más riesgo de sufrir esta patología

Ante estos síntomas, acude a un especialista, ya que tratar de forma precoz el desprendimiento es vital para evitar la pérdida de visión.


 

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