El óptico y el pediatra son los profesionales de atención primaria encargados de detectar los posibles problemas visuales del niño. Pero, también los padres pueden ayudar a descubrir dichas patologías.
- Estar alerta
Los padres deben estar atentos a cualquier signo que pueda poner de manifiesto un problema visual y recurrir a un profesional de la visión. - El primer examen visual
Los niños deben tener su primer examen de la visión entre los 6 y los 12 meses. Este examen es importante para detectar problemas visuales que podrían impedir la capacidad del niño para aprender. - Controlar la calidad del aire del hogar
En el invierno, los síntomas de calefacción en hogares, colegios y escuelas infantiles crean un aire seco. Se puede considerar el uso de humidificadores portátiles para mantener la humedad del aire; esto ayudará a prevenir la irritación ocular causada por la sequedad. Si existe una mascota, mantenerla fuera de las zonas donde sentarse o acostarse, como sofás y sillas. - Tener en el botiquín suero fisiológico
Si por alguna razón cae o salpica una sustancia peligrosa en los ojos, limpiarlos con solución salina durante unos 10-15 minutos. - El tabaco…
Los padres y adolescentes que fuman pueden ser más propensos a contraer cataratas, daño del nervio óptico, y la degeneración macular. Además, generan un ambiente poco saludable para el sistema visual. - Descansar los ojos de la pantalla de ordenador, teléfono, tablet y televisión.
Utilizar la regla 20-20-20 para que los ojos descansen. Cada 20 minutos, fija la vista en algún objeto a 20 metros o más, durante al menos 20 segundos. Ayuda a romper la tensión constante de centrarse en un objeto cercano, como leer o mirar una pantalla de ordenador. Y siempre estar seguro de que haya una distancia de un brazo entre el niño y el objeto en el que fija la vista. - No permitir que vean la televisión sin control
Un niño menor de dos años no debería ver la televisión, porque su sistema visual no está aún maduro. A partir de esa edad puede hacerlo, pero de forma controlada. - Comer verduras, frutas y pescado
Comer verduras como la espinaca, la col o las coles de Bruselas, así como bayas de color oscuro como los arándanos y moras. Los alimentos ricos en omega-3, como las nueces y el pescado, reducen la inflamación en los vasos sanguíneos del ojo. - Protección en los ojos
Los ojos también reciben la exposición solar como la piel. Es importante usar gafas de sol siempre homologadas, también los niños. - Visitas periódicas al óptico u oftalmólogo
A los niños, se les debe realizar un examen visual con regularidad para prevenir cualquier problema visual a lo largo de su crecimiento.
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